Así compramos los consumidores digitales en 2019

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Las compras por internet gozan de buena salud y buena prueba de ello es la cantidad de camionetas de reparto que vemos en las calles. No solo estamos ávidos de productos de consumo, también han cambiado nuestros hábitos alimenticios y rara es la semana en la que no hacemos un pedido a alguna plataforma de entrega a domicilio.

photo 1556741564 a0e2cc7e2b79Como consumidores digitales, estamos cortados bajo un patrón muy característico. Queremos comprar, lo queremos ya y además, en la puerta de casa. Ya no se compra igual que hace 10 años, ni mucho menos, pero es que la manera de hacerlo cambia demasiado rápido.

A la hora de pensar en una adquisición nos tiramos de cabeza a hacer una búsqueda en Google. ¿Cómo es? ¿Qué hace? ¿Cuál es la diferencia entre ese chisme y otro de la competencia? ¿Hay unboxing en YouTube? ¿Y las opiniones de quienes ya lo han comprado? Hay tantísima información sobre cualquier objeto que muchas veces hasta se pierde la magia de estrenar algo, ya sabemos de antemano todo lo que contiene la caja.

Pero el consumidor digital lo tiene claro, necesita acertar con su compra e ir sobre seguro. Todo debido a que el tiempo se ha convertido en un bien cada vez más necesario y escaso. Preferimos dejar el fin de semana para salir en bici o ir al cine antes que pasarlo en un gran almacén destripando las características de un portátil. Por eso son de gran ayuda las opiniones de otros clientes. Piensa en una plataforma como Amazon, podemos encontrar en cuestión de segundos cuáles son los comentarios más criticos de un producto o por qué tiene tantas valoraciones positivas.

Un consumidor no necesita que le digan que lo que quiere comprar es bueno, sino cuáles son aquellos inconvenientes que puede presentar el producto deseado y valorar así su compra.

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Lo que me asombra como consumidor digital

– Inmediatez

«Lo quiero, lo tengo». En menos de 24 horas en casa, y si vives en una ciudad grande, antes de 120 minutos ya estás abriendo la caja. Es una herramienta muy poderosa. La logística está a unos niveles de celeridad tan altos que asombra. Sorprende comprobar como un pedido está en la otra punta del país cuando te vas a la cama y el repartidor te lo entrega cuando vas camino del cole a ver a tus hijos.

– Las búsquedas y los anuncios

Reconoce que te ha pasado alguna vez. Planeas ir con la familia unos días de alojamiento rural y buscas un par de destinos. A la noche, cuando abres Facebook, te encuentras con ofertas vacacionales de ese lugar. Si cambias «alojamiento rural» por «batidoras de brazo» pasará lo mismo.

photo 1556745753 b2904692b3cdNo, no se trata de magia aunque a veces nos sorprendamos. Los algoritmos están muy especializados y trabajan a todo trapo para que hagas clic y no te escapes. Todo está estudiado de tal forma para que tu próxima compra, sí o sí, sea digital.

La personalización de nuestro perfil como consumidor también cuenta. La cantidad de anuncios que recibimos basados en nuestros hábitos de búsqueda hace que continuamente tengamos que evitar la tentación de una compra compulsiva. Porque no se trata solo de consumir, sino de hacerlo bien. La nueva sociedad digital está acompañada en todo momento de un volumen de información ingente sobre cualquier producto o temática y, como decíamos antes, se puede llegar a perder hasta ese «gusanillo» por estrenar algo, Ya sabemos previamente cuáles son todas sus funciones.

– La tranquilidad

¿No me convence? Da igual, me lo ponen muy fácil para realizar la devolución. Probablemente no tenga ni que salir de casa, ni dar demasiadas explicaciones y el reembolso se produce de forma inmediata, a veces incluso antes de retornar el producto.

¿Puede llevarnos esto a consumir sin demasiado control? En mi opinión sí, ya que me evito el engorro de desplazarme a la tienda física y discutir con el empleado. Lo tenemos todo demasiado fácil, tanto que no deja de ser una manera más de fidelizar al comprador.

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Los retos del consumidor digital

Probablemente el primero no sea ya comprar tanto, sino hacerlo mejor. La conciencia es un factor importante, y las marcas más comprometidas con las personas o con nuestro planeta son mejor valoradas por parte de los consumidores. Preferimos gastar un poco más siempre y cuando parte de los beneficios se destinen a acciones sociales, a proyectos solidarios o a reducir la huella de CO2.

photo 1556228841 7c69921649bbEl consumidor digital ha de tener claro que esto no tiene vuelta atrás, y que el comercio online probablemente no acabe con el tradicional. ¿Acabó el libro electrónico con el de papel? No, y aquí pasará lo mismo. Hemos de tener presentes que como consumidores somos una herramienta de poder, pero que mirar un escaparate y obtener información de primera mano de la persona que está en el mostrador es un ejercicio saludable. En ocasiones, tenemos una falsa sensación de saberlo todo sobre algo antes de haberlo comprado. Me pasó con las 2 últimas lavadoras, hasta que me di cuenta de que aquellos factores que yo consideraba importantes, como la capacidad de carga y la velocidad de centrifugado pesaban menos que otros. Ignorante que es uno.

Toda la vorágine de compras digitales ha de hacernos pensar antes de hacer clic. ¿Lo necesito? ¿Es una compra que me ayudará en algo? ¿Puedo vivir sin ello? ¿En qué medida voy a ser más feliz? ¿Qué huella estoy dejando en el planeta? Quizás la respuesta sea simple, comprar menos, pero mejor.

Nacho Grosso
Nacho Grosso
Redactor y editor. En continua evolución y aprendizaje, observo a mi alrededor para inspirarme. www.grosso.es
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