Los anglicismos pueblan el mundo tech y el que nos ocupa esta semana no es menos. Si echamos mano de un diccionario para buscar la palabra originaria, brief, veremos que hay muchas acepciones para este término. Una de ellas se refiere a la acción de «dar instrucciones» o «informar».
Efectivamente, un briefing podríamos definirlo como un documento informativo que brinda datos de utilidad para el desarrollo de una acción. No es exclusivo del mundo digital. Está muy presente en cualquier ámbito laboral, aunque muchas personas (incluso aquellos que trabajan a menudo con estos) desconocen que es así como se llama.
Por ejemplo, antes de que puedas montar en un avión la tripulación ha hecho más de un briefing. Los pilotos con la oficina de vuelo, estos con la tripulación, esta con los auxiliares de cabina y finalmente, los pilotos entre ellos repasando los procedimientos de vuelo (si van a encontrar condiciones meteorológicas adversas o si en el aeropuerto de destino hay niebla densa).
Pero nosotros no somos pilotos, somos bloggers o webmasters y nuestro trabajo siempre se encuentra relacionado directa o indirectamente con el marketing. En esta profesión también está (o debería estar) muy presente el briefing, es decir, un documento que establezca el conjunto de acciones ordenadas que vamos a seguir para no estrellarnos: cómo lo vamos a hacer, cuándo, por qué, con qué recursos… Las típicas preguntas que sí o sí has de hacerte. Y si nuestro proyecto es para un cliente, tendremos que mantener una reunión o skype con él para realizarle las mismas preguntas, de forma que veamos clara la viabilidad de lo que nos está pidiendo y nos sirva de manual o guía en todo momento mientras trabajamos. Un plan de trabajo en toda regla y que no deje margen al error.
Cómo es o debe ser un briefing
Estamos cansados de oír que las mejores ideas de negocio salieron en una taberna, que se concretaron rápidamente en una servilleta y en relativo poco tiempo ya estaba todo marchando en popa. Sí, no decimos que no hayan existido casos así, pero no son la mayoría ni muchísimo menos. Ya sea porque no tengamos la genialidad de esas personas o porque en nuestro nicho encontremos una tremenda competencia (hay miles de cabezas dándolo todo por conseguir ser el mejor en su campo) necesitaremos sí o sí plasmar toda idea que vayamos teniendo en un documento o brief y detallar cada característica por obvia que pueda resultar.
Que sea realista
Es decir, tu plan debe tener visos de poder cumplirse. Imagina ya qué pasaría si tu estrategia no es para ti sino para un tercero. No hay nada peor a ojos de un cliente que no poder entregarle lo que has pactado. Si sigues un camino lógico desde un punto de partida que has trabajado bien, será mas fácil llegar a un destino. Es preferible dar pequeños pasos al principio para, posteriormente, ir ampliando horizontes.
En MEDIAKIA siempre decimos, ¿para qué correr pudiendo volar? y también, que hay que pensar en gigante. Y sí, lo mantenemos. Ahora bien, para volar debo primero aprender a caminar sin tropezarme y a un buen ritmo. Y esto solo lo conseguiré si me propongo unas metas coherentes y que pueda cumplir. No podré bajar de una maratón en 3 horas si no soy capaz de correr 10 kilómetros en 40 minutos.
Que tenga personalidad
Tu cliente quiere saber cómo le vas a solventar la papeleta y para proyectos o problemas únicos, hay que aplicar soluciones únicas, personales y lo más personalizadas posibles. Tu cliente va a querer saber (siempre, independientemente de si le estás diseñando una página web o una plantilla de email) cómo lo vas a hacer y va querer escuchar la respuesta adecuada a cualquiera de sus preguntas. Porque es consciente de que su proyecto es único y personal, y en definitiva, necesita ver que te tomas tan en serio su proyecto como se lo toma él.
Que sea claro
¿Confiarías en un piloto que no te asegure 100% que vas a llegar al aeropuerto? Pues haz lo mismo con tus clientes, detalla de manera concisa en qué va a consistir tu método de trabajo y, por favor, con claridad. No te enredes en tecnicismos ni le vendas humo. Si ha recurrido a ti es porque tiene claro lo que busca y tú y tu equipo (si lo tienes) debéis hacerle ver que no se ha equivocado.
¿Qué coste tiene nuestro trabajo?
Tanto en recursos humanos como económicos. Tu cliente ha de saberlo sí o sí, por lo que hemos de hacer un planteamiento realista de los costes. Has de especificar a tu cliente cuál es el valor que como profesional vas a poder aportar a su trabajo. Un profesional creativo no cobra por las horas de trabajo que le dedica a un proyecto sino por el que va a poder aportar a su proyecto (y aquí influyen aspectos como su formación, su experiencia o las investigaciones previas que deba hacer antes de empezar a trabajar con tu marca, por citar algunos ejemplos). Debes explicarle qué le vas a ofrecer tú que no le hayan prometido los demás.
Desarrolla tu propia marca personal para atraer a tus clientes, de tal manera que llames la atención y trabajar contigo sea un anhelo.
Concluimos…
Desechada la idea de trabajar a salto de mata, el briefing es la herramienta que debemos utilizar siempre para concretar de manera adecuada los pormenores de nuestros trabajos, ya sean propios o para terceros. El brief ha de ser ser una guía, clara, concisa y efectiva de lo que vas a hacer y cómo, por lo que has de mimarlo. A cambio de este enorme esfuerzo te ayudará a no deja nada al azar, disminuirá tu incertidumbre y, por tanto, la posibilidad de error. O lo que es lo mismo, aumentará tus posibilidades de éxito. Tenerlo o no tenerlo, dependerá en enorme medida de cómo lo elabores. Si tienes dudas, seguramente puedas encontrar plantillas muy buenas y trabajadas en Internet, ¡echa un vistazo!