La figura del influencer causa admiración y repulsa por ambos lados, pero de lo que no cabe duda es que están en auge. Un influencer genera opinión y esta es tenida en cuenta por los usuarios. Pero, ahora bien, ¿son todos los influencers personas a tener en cuenta? ¿Moda o necesidad?
La figura del influencer
Cualquier influencer es alguien que genera una opinión interesante, independientemente de campo del conocimiento. Los hay del mundo de la moda, de la tecnología, del marketing… Pero siempre son personas con una especie de aura y cuyos planteamientos resultan interesantes.
Un buen influencer es alguien valorado precisamente por lo que dice, que tiene mucho valor, y que permite que tomemos ciertas decisiones a la hora de, por ejemplo, cambiar de teléfono móvil. Pero es aquí, amigo Sancho, donde aparece la figura del influencer negativo. Y no porque lo que diga sea malo, sino porque carece de valor.
¿Influencers negativos? Los hay y muchos
Bajo la sombra del buen influencer, han aparecidos otros que quieren hacer lo mismo, ya que perciben que es una buena manera de ganarse la vida, de conseguir notoriedad o de ser alguien cuya opinión pesa. Pero este prototipo desconoce los fundamentos sobre las funciones básicas de un influencer. Solo pretende conseguir seguidores rápido, cosa que no hará porque su opinión importa muy poco al carecer de valor.
¿Quién es entonces el buen influencer? Aquella persona que antes de ser mediática ya genera una opinión valorable y no pretende la fama a toda costa. Los influencers “de verdad” son personas comprometidas con su tarea, y cuyo conocimiento en su área es muy elevado. El paso posterior, el de ser alguien conocido, llega por añadidura y más tarde.
Hay que tener en cuenta que nos movemos en una sociedad digital en a que todo entra por medio de la imagen y el sonido. Si no se está en internet, simplemente no se es nadie. Y esto es lo que buscan quienes quieren fama a toda costa. Se piensan que por haber conseguido pocos cientos de seguidores en Instagram se creen con derecho a sentar cátedra. ¿Recuerdas los casos de supuestos influencers que han querido cenar o comer gratis a costa de una reseña? ¿O de utilizar su supuesta influencia para pegarse unas vacaciones de lujo a precio económico?
Un influencer de verdad jamás aprovecharía su situación de personaje notorio y con opinión para hacer un acto de extorsión. Por eso, siempre es conveniente tener muy claro quien realiza un trabajo que merece ser tomado en cuenta y quién no es más que un personaje con ínfulas de notoriedad que no pretende más que eso. La línea puede llegar a ser delgada, porque bajo la sombra de la palabra de moda siempre se esconde la picaresca. Pero hay que tenerlo claro, un buen influencer es un personaje a tener en cuenta por lo que hace y porque en su palabra hay algo: valor.